Los suelos laminados son un elemento constructivo muy utilizado en varios tipos de negocios debido a la excelente resistencia que ofrece al desgaste y al rayado ocasionado por el uso intensivo por parte de personas, máquinas o incluso vehículos.

Desde hoteles hasta restaurantes, pasando por comercios, oficinas, clínicas, concesionarios de automóviles, balnearios o gimnasios, los suelos laminados son una excelente opción a la hora de instalar un pavimento que ofrezca unas buenas garantías de durabilidad y mantenimiento reducido.  

Pavimento FLINT en concesionario de vehículosPavimento FLINT en oficinas Pavimento FLINT en restaurantePavimento FLINT en tienda de ropa

En Pavimentos Vetusta nos gusta aconsejarte sobre el material más adecuado para que el suelo de tu negocio permanezca en buen estado por muchos años.

Además, no olvides que algunos negocios están obligados a cumplir normativas específicas, como podría ser no generar cargas electrostáticas, no producir hongos ni bacterias, etc.

Consúltanos y te asesoraremos desde nuestra amplia experiencia.

Si te decantas por un suelo laminado para tu negocio, hay dos aspectos importantes a tener en cuenta a la hora de elegirlo: la clase y la resistencia.

La clase es la que realmente indica la calidad del pavimento laminado. Este es el factor a tener en cuenta para inclinarte por un tipo de suelo laminado.

Los específicos para usos comerciales comienzan desde la clase 31 en adelante. La Norma establece cuatro clasificaciones:

Clase 31 – Para uso doméstico intensivo – comercial moderado.

Clase 32 – Para uso doméstico intensivo – comercial normal.

Clase 33 – Para uso doméstico intensivo – comercial intensivo.

Clase 34 – Para uso doméstico intensivo – industrial moderado.

La resistencia se define como el aguante de un pavimento al rayado. Se obtiene mediante un test de abrasión, donde una máquina somete al suelo a una serie de frotados con una rueda de papel de lija hasta que el dibujo decorativo desaparece. En función del número de vueltas que la máquina efectúa antes de que se produzca la desaparición del dibujo se realiza la siguiente clasificación:

AC-1 (más de 900 vueltas).

AC-2 (más de 1.500 vueltas).

AC-3 (más de 2.000 vueltas).

AC-4 (más de 4.000 vueltas) AC-5 (más de 6.000 vueltas)

  Resistencia de suelos laminados según UNE-EN 13329

 
Si bien el factor más extendido a la hora de clasificar un suelo laminado es el factor AC, lo que realmente debe importarnos en la elección es el valor de la clase, ya que la relación entre el factor resistencia y uso puede variar en función del fabricante, mientras que si nos centramos solamente en la clase no habrá posibilidad de error.